19 de enero de 2012

Imagen personal versus imagen visual

Sin duda, la imagen que proyectamos hacia los demás es importante. 

Alguna vez os habéis parado a pensar en cómo a menudo definimos los países y sus gentes por la forma de vestir: 

“Los italianos tienen mucho estilo”. 

“Las francesas son las más elegantes”. 

“Los ejecutivos japoneses visten impecables hasta en el último detalle”. 

“Los suecos dan más importancia a lo práctico que a lo elegante en su forma de vestir. 

¿Y España, qué opinión tienen de nuestra imagen personal en otros países? Tenemos fama de ser muy simpáticos y amables. ¿Pero, qué tal vestimos? ¿Aprobamos esta materia? 

La forma de vestir es una tarjeta de presentación al resto del mundo y el cuidado personal refleja claramente nuestro autoestima y como nos valoramos. 

La sociedad actual es cada vez más competitiva. En tiempos de crisis transmitir confianza y seriedad se vuelven más que nunca una necesidad y tener buena imagen es una herramienta imprescindible para transmitir credibilidad profesional. En una entrevista de trabajo, es evidente que las cualificaciones, las experiencias y nuestra personalidad cuentan mucho pero, en contra de lo que puedas creer, en los procesos de selección un entrevistador busca motivos para no seleccionarte y una vestimenta inadecuada es uno muy poderoso. Ropa, zapatos y complementos juegan un papel destacado para la persona que quiere avanzar o triunfar en su vida personal y profesional. 

En un primer encuentro, según unas estadísticas de la Universidad de Stanford, cuando conocemos a una persona percibimos un 55% de imagen visual (físico, vestimenta, colores), un 38% de su tono de voz y solo un 7% corresponde a lo que dice. ¿Todavía te parece que tu look es poco importante? 

Ten presente que la primera impresión puede durar toda una vida y nuestras cualidades internas son a menudo juzgadas por nuestro aspecto exterior. “Gente compra gente”

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